Biofeedback

Biofeedback ayuda a mejorar el dolor crónico, distonias varias como torticolis espasmódicas u otras, cefaleas tensionales o migraña.
Reduce la tensión y la ansiedad, combate el insomnio y la fatiga, ayuda en los estados depresivos y es muy eficaz en los casos de adicción a drogas o alcohol.

El término "biofeedback" se conoció en 1969 para describir procedimientos de laboratorio que entrenaba a los sujetos a alterar la actividad cerebral, la presión arterial, la tensión muscular, los latidos cardíacos y otras funciones del organismo que normalmente no pueden ser reguladas a voluntad. Biofeedback es un entrenamiento que permite a las personas mejorar su salud utilizando señales que provienen de su propio cuerpo.

Utiliza para ello aparatos de medición que leen las señales que emiten los músculos por ejemplo, o la temperatura periférica o las respuestas emocionales que emite el sujeto y las devuelve en forma de sonido o a través de un osciloscopio de manera que la persona las pueda detectar en el momento mismo que se producen y de esta forma aprender a alterar a voluntad dichas respuestas fisiológicas.

Da la posibilidad de aprender a asociar las sensaciones que provienen del cuerpo con la señal que emiten los aparatos y de esta manera desarrollar una nueva y saludable manera de responder a los estímulos externos. Después del tratamiento las personas están capacitadas para repetir la misma respuesta aprendida sin estar conectados con el equipo de medición.

Numerosos estudios sobre la especialidad han demostrado que podemos regular voluntariamente el sistema nervioso autónomo considerado "involuntario" hasta niveles muy superiores a los imaginados por la medicina tradicional. Biofeedback brinda diversas técnicas que permiten al individuo vivir más sano y evitar el uso de medicamentos o terapias de rehabilitación que requieren mucho más tiempo en lograr la recuperación.

Procedimiento Clínico:

Biofeedback no es un entrenamiento pasivo. Requiere una intensiva participación y enseña a "leer" las señales fisiológicas involuntarias o autónomas como los latidos cardíacos, la presión arterial, las ondas cerebrales, la temperatura de la piel, la tensión muscular, la respiración y la respuesta emocional.

En el caso de las cefaleas tensionales por ejemplo, los electrodos son colocados sobre el músculo frontal y los sensores están conectados a un equipo que monitorea la señal que proviene del músculo y la devuelve (feedback) en forma instantánea a través de un sonido. De este modo, cuando la persona empieza a relajar, el sonido también se modifica lentificando su pulso y lo mismo sucede con la respuesta galvánica de la piel (emociones) o la temperatura periférica.

Equipos:
Electromiografo (EMG) - Tensión Muscular
Galvanometro (GSR) - Respuesta Emocional
Termógrafo (TEMP) - Temperatura Periférica

Más información comunicarse con John Picchiottino
pitchj@qwest.net